historia historica

Del maíz silvestre a las palomitas de cine

Parece estar en la mente de todos que en una sala de cine siempre hay palomitas de maíz, preferiblemente en un cubo grande.

En un principio el hombre era esencialmente un cazador, pero con el tiempo el número de hombres fue aumentando en relación al número de animales a cazar. Podrías caminar todo el día sin encontrar un buen juego. No se sabe a ciencia cierta a quién ni cuándo se le ocurrió la idea, probablemente a alguien con mucha hambre, de coger una plantita del árbol y comérsela. Pero la idea era tan buena, al fin y al cabo las bayas no se escapan, están ahí, sólo hay que recogerlas, que pronto la mayoría de los hombres se convirtieron en "recolectores".

Quizás no fuera tanto trabajo como cazar, pero seguro que era trabajo, no tenían mucha idea de qué fruta podías comer y cuál no... y muchas veces el dolor de estómago era la única recompensa por querer cambiar. tu hábito. Pronto aprendieron, a través de la experiencia, y comenzaron a desarrollar una forma de contar a los demás lo que descubrieron, una especie de lenguaje de señas.

Incluso sabiendo qué frutas comer, no era suficiente para alimentar a varias familias juntas, ya que una vez que se han recogido todas las frutas en un solo lugar, se acaban. Ahí entran los ríos, las orillas de los ríos son muy fértiles, y estos hombres comenzaron a darse cuenta que donde hacían fiestas con mucha comida al año siguiente esa región estaba nuevamente llena de frutas. Aunque parecía un ritual mágico, descubrieron que después de comer los frutos, si arrojaban sus restos al suelo, ese lugar era "bendecido" y entonces nacían aún más frutos.

Así, poco a poco se fueron desarrollando las primeras explotaciones agrícolas, la agricultura (que en un principio sólo servía de sustento para el resto de alimentos que aún procedían de la caza).

Resulta que para el maíz el camino era aún más largo, el maíz silvestre en mazorca mide sólo de 3 a 5 centímetros. Fueron los olmecas, indios de la región de México, quienes aprendieron poco a poco a separar los granos más grandes de cada espiga y sembrarlos, y de esta espiga más grande a extraer los más grandes, y durante 2,000 años lo hicieron, y sólo en así llegaron a nuestro oído. de maíz del tamaño actual.

Tenían un ritual de fertilidad en el que se llenaban grandes ollas (parecidas a cubos de palomitas de maíz), se reventaba ese maíz y se comía dejando caer muchos y muchos al suelo, ya que los que caían darían nuevas cosechas el año siguiente.

Y es de este ritual que aún hoy el cubo de palomitas está tan lleno que es imposible que no caiga ninguna, aunque en el suelo del cine apenas brotará alguna mazorca.


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