historia historica

El maestro a lo largo del tiempo

El maestro a lo largo del tiempo

Por Rainer Sousa

El papel de la enseñanza es anterior al proceso de creación de las primeras instituciones educativas de la historia. Incluso antes de que se desarrollara la escritura, la oralidad, junto con otros procesos comunicativos, tenía la importante función de transmitir lo que se consideraba importante. Instigado por la simple imitación o el relato oral, el hombre logró producir y difundir las más variadas formas de relacionarse con el mundo que lo rodea.

La necesidad de poner a personas concretas para enseñar determinadas habilidades ya surgió en el Antiguo Egipto, cuando la función de escriba se preservaba mediante la constitución de escuelas reales que preparaban al individuo para dominar esta técnica. En Occidente las instituciones educativas variaban mucho según los valores que prevalecían en una determinada cultura.

Entre los espartanos, la educación comenzaba a los siete años y se preocupaba por mejorar las capacidades físicas. Se mantuvo la dura rutina del entrenamiento físico para que los hombres estuvieran preparados para la guerra y las mujeres estuvieran en condiciones de tener hijos sanos. Además, cada niño contaba con el apoyo de un tutor que desempeñaba el papel como un vínculo de amistad y sin obtener nada a cambio.

En Atenas el servicio se hacía mediante una remuneración y cada tipo de conocimiento se delegaba en un tipo de tutor o profesor. Preocupada por el equilibrio entre cuerpo y mente, la educación ateniense contaba con tres tipos básicos de profesionales de la enseñanza:las tribus pagadoras, que se ocupaban del desarrollo intelectual; los gramatistas, responsables de la transferencia de la escritura y la lectura; y los Kitharistés, que se ocupaban del perfeccionamiento físico.

En la Antigua Roma, el papel de educar lo desempeñaban los retóricos, quienes –al igual que los sofistas griegos– circulaban por las ciudades enseñando lo que sabían a cambio de alguna compensación económica. Además, podemos mencionar la presencia del lud magister, que desempeñaba el papel de enseñar a los niños que no tenían una condición material más acomodada.

En el período medieval, el mundo del conocimiento llegó a tener un claro control de las instituciones religiosas cristianas. Inicialmente, el conocimiento allí presente sólo estaba restringido a los propios miembros y aspirantes de la Iglesia. En la Baja Edad Media, esta situación cambió con la creación de las primeras universidades. Hasta el siglo XIX, ningún curso estaba diseñado para formar profesores.

En Brasil, el gobierno clerical sobre las instituciones educativas terminó después de que el Marqués de Pombal expulsó a los jesuitas de la colonia. Tras esta medida, la propia Corona designó quiénes podían ejercer funciones pedagógicas. La profesionalización del educador brasileño comenzó a diseñarse en 1835, cuando se creó la primera escuela para educadores en la ciudad de Niterói, en Río de Janeiro. Aún hoy, la calificación de los profesionales en el área de la educación despierta la preocupación de nuestras autoridades.


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