Durante miles de años, la ciudad de Pavlopetri ha estado sumergida frente a la costa de Laconia, lo que recuerda al mito de la Atlántida perdida, sólo que aquí la palabra "mito" no tiene cabida. Pavlopetri existió realmente, está documentado científicamente y si eres de los que te gusta bucear, podrás comprobarlo con tus propios ojos.
Sin embargo, no fue descubierto hasta 1967 por Nicholas Flemming, un oceanógrafo de la Universidad de Southampton, y cartografiado por otro equipo de arqueólogos un año después.
A medida que se investigaba y exploraba el sitio, salían a la luz más y más hallazgos interesantes. Después de todo, una de las características más importantes y quizás únicas a nivel mundial de la ciudad hundida es lo bien conservada que está.
Carreteras, edificios intactos, tumbas, todo está ahí, en este asentamiento y esperando a cualquiera que se atreva a sumergirse para explorarlos. Tenga en cuenta que se han identificado al menos 15 edificios desde el día en que se descubrió la ciudad por primera vez y se encuentran en excelentes condiciones.
Mientras un equipo arqueológico de la Universidad de Cambridge continuaba excavando el sitio, una de las preguntas más obvias que surgieron fue la antigüedad de este asentamiento. Así, según las estimaciones de los arqueólogos, la ciudad debió haber sido creada cerca del año 3.000 a.C. y continuó habitada hasta aproximadamente el 1100 a.C. Según estas fechas, Pavlopetri es la ciudad hundida más antigua del mundo.
Además de las estructuras de la ciudad casi perfectamente conservadas, se encontraron otros objetos como utensilios de cocina y vasijas minoicas. Su conexión con la civilización minoica no es casualidad, ya que Pavlopetri aparentemente funcionaba en aquella época como uno de los principales puertos del Peloponeso. El descubrimiento de estos objetos también nos da la oportunidad de mirar atrás y ver realmente cómo vivía la gente en aquellos tiempos antiguos.
Debido a su gran importancia histórica, Pavlopetri fue reclamado como sitio por el programa Watch, que cuenta con el apoyo del World's Monument Fund. Y esto se debe, entre otras cosas, a que los anticuarios han puesto sus ojos en él, realizando excavaciones secretas, mientras que, al mismo tiempo, los grandes barcos que pasan sobre él - está situado entre Pounta y Elafonissos - y a veces anclan cerca de él, pueden accidentalmente destruirlo. Aún con la contaminación que provocan, es posible alterar su buen estado de conservación.
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