Retrato anónimo de Felipe el Bueno, duque de Borgoña. Era un hombre culto, inteligente y lleno de virtudes, pero también exageradamente vanidoso
La anécdota lo que cuento en este post es bastante significativo al expresar la idea de la vanidad de Felipe el Bueno (1396-1467) y lo que una persona de poder podía llegar a hacer hace unos siglos.
Filippo III Duque de Borgoña , llamado el Bien, era un hombre culto, amante de las artes y las letras, inteligente y dotado de un talento político poco común pero, como todo el mundo, tenía sus defectos.
Las crónicas lo describen como amante de la pompa, entregado a los placeres de la carne y muy vanidoso.
Digamos exageradamente vanidoso.
Esto es lo que hizo.
Debido a una enfermedad el duque, en algún momento de su vida, se vio obligado a afeitarse completamente el cabello.
Obviamente no le agradaba demasiado y tenía miedo de desfigurarse entre los demás.
Así fue que en 1461 ordenó a todos los nobles de sus tierras que se afeitaran el pelo al cero, igual que él.
Sin embargo, no todos obedecieron:alguien se negó a ejecutar una disposición que debía parecer, y de hecho era, una imposición injusta.
Los rebeldes, sin embargo, pagaron su valentía incluso con prisión (Foto de :alamy).