En el invierno de 1890, un nuevo movimiento religioso conocido como la Danza de los Fantasmas comenzó a extenderse entre el pueblo Lakota Sioux. La Danza de los Fantasmas prometía un renacimiento espiritual y el regreso del búfalo, lo que restauraría el modo de vida Lakota antes de la llegada de los colonos blancos. El movimiento rápidamente ganó popularidad y pronto se convirtió en un símbolo de resistencia a la autoridad estadounidense.
En respuesta al creciente malestar, el gobierno estadounidense envió tropas a las reservas de Lakota. Se ordenó a las tropas que reunieran a los Lakota y los obligaran a regresar a sus reservas. En diciembre de 1890, el 7.º de Caballería rodeó un gran campamento de Lakota en Wounded Knee Creek. Los Lakota inicialmente se mostraron reacios a rendirse, pero después de una breve escaramuza, aceptaron entregar sus armas.
Mientras los Lakota deponían las armas, se disparó un tiro. No está claro quién disparó el primer tiro, pero provocó una masacre. Los soldados del 7º de Caballería abrieron fuego contra los hombres, mujeres y niños Lakota, matando indiscriminadamente a cientos de personas. La masacre de Wounded Knee fue uno de los días más oscuros de la historia de Estados Unidos y sigue siendo un símbolo del trato brutal a los nativos americanos por parte del gobierno de Estados Unidos.