Hay varios factores que apoyan el argumento de que la guerra provocó una disminución en la asistencia a la iglesia. Los horrores y la brutalidad de la guerra pueden haber hecho que algunas personas cuestionaran la existencia de un Dios benévolo y todopoderoso, lo que los llevó a abandonar sus creencias religiosas. La guerra también provocó una ruptura de las estructuras sociales tradicionales, incluido el declive de la monarquía y el surgimiento de ideologías seculares como el comunismo y el socialismo, que pueden haber contribuido a una disminución de la asistencia a la iglesia.
Por otro lado, también hay argumentos para apoyar la afirmación de que la guerra en realidad provocó un aumento en la asistencia a la iglesia. Para muchas personas, la guerra puede haber proporcionado una sensación de consuelo y consuelo frente a la muerte y la destrucción. Es posible que la guerra también haya llevado a un renovado aprecio por la vida y un deseo de guía espiritual, lo que llevó a más personas a buscar consuelo en la religión. Además, el esfuerzo bélico a menudo se enmarcaba en términos religiosos, y ambos bandos invocaban a Dios y a imágenes religiosas para justificar su causa. Esto puede haber contribuido a una sensación de fervor religioso y a una mayor asistencia a la iglesia.
En última instancia, el impacto de la Primera Guerra Mundial en la asistencia a la iglesia es un tema complejo que no tiene respuestas fáciles. Es probable que la guerra haya tenido efectos tanto positivos como negativos en la asistencia a la iglesia, y que el impacto general haya variado según las circunstancias individuales y las creencias religiosas.