* Largas horas: Los trabajadores de las fábricas normalmente trabajaban de 12 a 16 horas por día, seis o incluso siete días a la semana.
* Salario bajo: Los salarios eran muy bajos y los trabajadores a menudo tenían que trabajar muchas horas sólo para llegar a fin de mes.
* Condiciones peligrosas: Las fábricas eran a menudo inseguras, con mala ventilación e iluminación y maquinaria peligrosa. Los trabajadores frecuentemente resultaban heridos o muertos en el trabajo.
* Trabajo infantil: En las fábricas a menudo se empleaba a niños de tan solo 6 o 7 años, trabajando largas jornadas por salarios muy bajos.
La combinación de estos factores hizo que las condiciones laborales a principios de la revolución industrial fueran extremadamente difíciles y peligrosas para los trabajadores. Muchos trabajadores sufrieron problemas de salud, lesiones y muerte prematura.