- “Cuando era niña muchas veces me dejaban a cargo del hijo de algún familiar; o en casa de una mujer a la que mi padre llamaba 'tía'. A veces, al final de la tarde, me decían:'Bueno, chile, ya te llevas al bebé a casa'".
- "En estas casas conocí algunas de las tradiciones más antiguas del pueblo Gullah. Escuché a la gente hablar sobre el sistema de plantaciones y la vida durante los días de esclavitud".
- "Muchas de las personas cuya historia registré habían nacido como esclavos, y los que no habían sentido su influencia omnipresente. Sin embargo, no vivieron vidas llenas de amargura y desesperación".
- "Cantaron canciones, contaron cuentos populares y me llevaron en viajes a sus pasados. He atesorado estos recuerdos y he tratado de compartirlos con el resto del mundo".
- "Me siento testigo e historiador de mi pueblo. Quiero preservar el patrimonio Gullah y compartirlo con otros para que nunca se pierda".