Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, hubo varias consecuencias para los estados cruzados:
* Los cruzados perdieron el control de Edesa, que permaneció en manos musulmanas durante el resto de la era cruzada.
* El fracaso de la cruzada dañó la reputación de los cruzados y provocó una pérdida de confianza en la capacidad de Occidente para defender a los estados cruzados.
* La cruzada también contribuyó a la creciente brecha entre el Occidente latino y el Imperio Bizantino, ya que se culpó a los bizantinos de no brindar suficiente apoyo a los cruzados.
* El fracaso de la Segunda Cruzada también condujo a un período de introspección y reevaluación del movimiento cruzado. Algunos cruzados comenzaron a cuestionar la justicia de su causa y los métodos que utilizaban para lograr sus objetivos.
En los años posteriores a la Segunda Cruzada, los cruzados se centraron en consolidar su control sobre los estados cruzados restantes y defenderlos de los ataques musulmanes. También lanzaron varias cruzadas más, pero tampoco lograron sus objetivos. El movimiento cruzado finalmente llegó a su fin en el siglo XIII, con la caída de Acre, el último gran bastión cruzado en Tierra Santa.