Además de su gran belleza, Aspasia era conocida por su gran inteligencia y su excepcional ingenio, convirtiéndose en una figura respetada e influyente entre los grandes filósofos y artistas reunidos al lado de Pericles. A menudo se le atribuye haber enseñado a Pericles retórica, filosofía y oratoria. Aunque la mayoría de sus obras se han perdido, la elocuencia de Aspasia en el habla fue ampliamente elogiada y fue una de las pocas mujeres atenienses reconocidas por sus contribuciones intelectuales.
Aspasia también fue una figura controvertida, ya que su papel como prominente cortesana y su influencia sobre destacados ciudadanos atenienses le valieron muchas críticas e incluso acusaciones de proxenetismo en su contra. A pesar de estos ataques, siguió siendo influyente en la sociedad ateniense hasta la muerte de Pericles. Como resultado de la agitación política y las cambiantes alianzas en Atenas tras el fallecimiento de Pericles, Aspasia abandonó la ciudad y viajó a Megara, donde residió hasta su muerte.