Antecedentes:
Después de la muerte del profeta Mahoma en el año 632 d.C., el mundo musulmán enfrentó varios desafíos políticos. La dinastía omeya llegó al poder y hubo una división entre los califas gobernantes y algunos musulmanes que creían que el liderazgo debería haber permanecido dentro de la familia del Profeta. El Imam Hussein, hijo de Ali ibn Abi Talib (el cuarto califa) y Fátima (la hija del profeta Mahoma), desafió el gobierno injusto del califa omeya Yazid I.
Conflicto:
En el año 680 d.C., el Imam Hussein recibió invitaciones del pueblo de Kufa (una ciudad en el actual Irak) en busca de su liderazgo. Estaban descontentos con el gobierno opresivo de los omeyas y juraron lealtad al Imam Hussein. A su llegada a Karbala con un pequeño grupo de seguidores y familiares, la caravana del Imam Hussein fue interceptada por un ejército mucho mayor leal a Yazid I.
La batalla:
El ejército omeya, dirigido por Ubaydullah ibn Ziyad, rodeó el campamento del Imam Hussein y cortó su acceso al agua. Durante diez días, las dos partes entablaron negociaciones, pero Yazid se negó a permitir el paso seguro del Imam Hussein.
El día de Ashura (el décimo día de Muharram, el primer mes del calendario islámico), el Imam Hussein y sus seguidores se enzarzaron en una batalla desigual. A pesar de la importante disparidad en número y recursos, el Imam Hussein y sus compañeros se mantuvieron firmes en sus creencias y lucharon con valentía.
Martirio:
En Ashura, el Imam Hussein y la mayoría de sus compañeros varones fueron martirizados. En esta batalla histórica, el Imam Hussein y sus seguidores demostraron un coraje, una paciencia y un sacrificio excepcionales para defender los principios de justicia, igualdad y defensa de los oprimidos.
Heredado:
La guerra de Karbala es un acontecimiento fundamental en el Islam chiita y se conmemora anualmente durante el mes de Muharram. Los musulmanes chiítas observan un período de luto, celebran ceremonias religiosas y procesiones conocidas como "taziyeh" para recordar los sacrificios del Imam Hussein y sus compañeros.
En general, la guerra de Karbala simboliza la lucha por el triunfo moral y espiritual frente a la injusticia y la opresión. Tiene un profundo significado religioso e histórico y da forma a las creencias, prácticas e identidad de los musulmanes chiítas hasta el día de hoy.