Aumento de la demanda: A medida que las potencias europeas establecieron colonias y plantaciones en América, la demanda de mano de obra esclavizada aumentó significativamente. El mayor contacto con África facilitó la trata transatlántica de esclavos, ya que los esclavos africanos eran vistos como una fuente de mano de obra barata y fácilmente disponible para estas colonias.
Redes comerciales: El mayor contacto con otras partes del mundo condujo al establecimiento de redes comerciales entre África, Europa y América. Estas redes facilitaron el transporte y la venta de africanos esclavizados a través del Océano Atlántico. Los comerciantes europeos traían bienes como armas de fuego, telas y alcohol a África para intercambiarlos por esclavos, que luego eran transportados a América.
Auge de los estados comerciantes de esclavos: La creciente demanda de africanos esclavizados llevó al surgimiento de poderosos estados traficantes de esclavos en África. Estos estados, como el Reino de Kongo, el Imperio Oyo y el Reino Asante, desempeñaron un papel central en la captura, venta y transporte de esclavos a los comerciantes europeos.
Competencia entre potencias europeas: La creciente competencia entre las potencias europeas por el acceso a los africanos esclavizados provocó conflictos y guerras en África. Las potencias europeas a menudo armaron y apoyaron a diferentes facciones africanas para controlar la trata de esclavos. Esto desestabilizó aún más las sociedades africanas y contribuyó a la continuación de la trata de esclavos.
Despoblación y perturbación social: La escala masiva de la trata transatlántica de esclavos provocó una despoblación y un trastorno social significativos en muchas partes de África. La pérdida de hombres y mujeres sanos a causa de la esclavitud debilitó a las comunidades, socavó las economías tradicionales y contribuyó a la inestabilidad política.
Propagación de enfermedades: El mayor contacto entre África y otras partes del mundo también provocó la propagación de enfermedades, como la viruela, el sarampión y la fiebre amarilla, que tuvieron efectos devastadores en las poblaciones africanas. Estas enfermedades debilitaron aún más a las sociedades africanas y las hicieron más vulnerables a la trata de esclavos.