Algunos historiadores estiman que el KKK pudo haber matado hasta 6.000 personas negras a finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, es probable que esta estimación sea exagerada. Otros historiadores creen que el número de personas negras asesinadas por el KKK fue mucho menor, tal vez de cientos o miles.
Además de la violencia directa perpetrada por el KKK, muchas personas negras también murieron como resultado de las políticas y prácticas discriminatorias que prevalecieron durante esa época. Estas políticas y prácticas incluían la segregación, la privación de derechos y el terrorismo racial.
El KKK era una organización supremacista blanca que practicaba violencia e intimidación contra los negros para mantener la segregación racial y la supremacía blanca. El reinado de terror del KKK tuvo un impacto devastador en las comunidades negras y contribuyó al legado actual de desigualdad racial en Estados Unidos.