Rizal también quedó impresionado por la cortesía y el respeto del pueblo japonés hacia los demás. Señaló que incluso las personas más pobres siempre eran educadas y corteses con los extraños.
Rizal también quedó impresionado por el sistema educativo del país, que consideraba superior al de Filipinas. Señaló que a los estudiantes japoneses se les enseñaba no sólo materias académicas, sino también habilidades prácticas como agricultura, carpintería y albañilería.
Rizal también quedó impresionado por el progreso y la modernización de Japón. En el lapso de unos pocos años, Japón se había transformado de una sociedad feudal a una nación industrial moderna. Rizal creía que Filipinas debería seguir el ejemplo de Japón y esforzarse por ser una nación autosuficiente e independiente.
La estancia de Rizal en Japón tuvo un profundo impacto en su vida y en su pensamiento. Se sintió inspirado por el éxito de Japón y decidido a ayudar a su propio país a lograr un progreso similar. Escribió una serie de artículos sobre sus viajes por Japón, que luego se publicaron en Filipinas, lo que ayudó a difundir la conciencia sobre la cultura y los valores de Japón.