Estructura burocrática: Wudi estableció una estructura burocrática eficiente conocida como el sistema de "Tres Excelencias y Nueve Ministros". Este sistema jerárquico constaba de tres asesores de alto nivel (Excelencias) que supervisaban nueve ministerios diferentes responsables de diversos aspectos de la gobernanza, como finanzas, agricultura, justicia y asuntos militares.
Exámenes de Servicio Civil: El emperador Wudi introdujo un sistema de exámenes de la función pública basado en el mérito. Personas talentosas de todos los orígenes sociales ahora podían convertirse en funcionarios del gobierno en función de sus habilidades y educación, en lugar de su noble linaje o riqueza. Este sistema aseguró que las personas más capaces sirvieran en la burocracia, fortaleciendo aún más al gobierno central.
Reformas legales: Wudi estandarizó y codificó el sistema legal, lo que resultó en la creación del "Código de Ley Han". Este código proporcionó directrices jurídicas claras y coherentes, garantizando la igualdad de trato ante la ley y reforzando la autoridad del gobierno central.
Reformas militares: Wudi reorganizó y amplió el ejército dividiéndolo en unidades profesionales permanentes con divisiones especializadas de caballería e infantería. También estableció academias militares y programas de entrenamiento, asegurando una fuerza militar bien entrenada y disciplinada bajo el mando directo del emperador.
Comunicación e Infraestructura: El emperador Wudi construyó una red de carreteras y vías fluviales, incluida la famosa Ruta de la Seda, para facilitar las comunicaciones y el comercio. También desarrolló un sistema postal para mejorar la comunicación entre el gobierno central y las regiones distantes.
Control del pensamiento: Wudi apoyó el confucianismo como ideología oficial de la dinastía Han. Esta filosofía promovía la lealtad, el orden social y el respeto a la autoridad, consolidando aún más el poder del gobierno central y fomentando un sentido de unidad entre el pueblo.
En general, las estrategias del emperador Wudi para crear un gobierno central fuerte incluyeron la centralización de la autoridad, reformas burocráticas, exámenes de la función pública, reformas legales, reorganización militar, desarrollo de infraestructura y control ideológico. Estas medidas efectivamente consolidaron el poder en manos del gobierno central y sentaron las bases para el éxito y la estabilidad continuos de la dinastía Han.