Los líderes soviéticos estaban profundamente preocupados por el deterioro de las relaciones con China. Veían a China como una amenaza potencial a la seguridad soviética y un rival por el liderazgo del mundo comunista. También estaban frustrados por la política exterior independiente de China, que a menudo parecía ir en contra de los intereses soviéticos. En un esfuerzo por mejorar las relaciones, la Unión Soviética hizo varias concesiones a China a principios de la década de 1970, pero estos esfuerzos finalmente no tuvieron éxito. La división chino-soviética continuó hasta finales de la década de 1980, cuando la Unión Soviética y China comenzaron a normalizar sus relaciones.
Estas son algunas de las preocupaciones específicas que tenían los líderes soviéticos sobre las relaciones entre la Unión Soviética y China:
* El creciente poder militar de China: La Unión Soviética estaba preocupada por la rápida expansión militar de China, que era vista como una amenaza potencial a la seguridad soviética.
* La política exterior independiente de China: La Unión Soviética estaba frustrada por la política exterior independiente de China, que a menudo parecía ir en contra de los intereses soviéticos.
* Reclamaciones territoriales de China: La Unión Soviética estaba preocupada por los reclamos territoriales de China, que incluían áreas de Siberia que tradicionalmente se consideraban parte de la Unión Soviética.
* El apoyo de China a los movimientos revolucionarios: La Unión Soviética estaba preocupada por el apoyo de China a los movimientos revolucionarios en el mundo en desarrollo, que se consideraba una amenaza a la influencia soviética en estas regiones.
Estas preocupaciones llevaron a la Unión Soviética a tomar una serie de medidas para intentar mejorar las relaciones con China, incluidas hacer concesiones en disputas territoriales y proporcionar ayuda económica. Sin embargo, estos esfuerzos finalmente no tuvieron éxito y la división chino-soviética continuó hasta finales de los años 1980.