La rebelión, que ocurrió en 1794 en el oeste de Pensilvania, fue una respuesta a un impuesto al whisky que muchos agricultores consideraban injusto. El gobierno federal, encabezado por el presidente George Washington, respondió enviando tropas a la región para reprimir la rebelión. La rebelión fue rápidamente sofocada y la respuesta del gobierno federal se consideró un éxito. Ayudó a establecer la autoridad del nuevo gobierno y demostró que era capaz de hacer cumplir sus leyes.
La Rebelión del Whisky también fue importante porque fue la primera vez que el gobierno federal utilizó la fuerza militar para reprimir un levantamiento interno. Este fue un importante punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, ya que sentó un precedente para que el gobierno federal utilizara la fuerza para mantener el orden.