Con la prohibición de la producción, el transporte y la venta de alcohol, surgió un vasto mercado negro. Organizaciones criminales como la de Al Capone en Chicago se aprovecharon de la situación contrabandeando alcohol y utilizando la violencia para eliminar a su competencia. Estas actividades ilegales generaron enormes ganancias para el crimen organizado y contribuyeron a una disminución generalizada del orden público.