Por ejemplo, la Constitución exige que cada estado celebre elecciones para miembros de la Cámara de Representantes y del Senado de los Estados Unidos. Los estados son responsables de fijar la fecha y hora de estas elecciones, así como las calificaciones para votar. Sin embargo, el Congreso ha aprobado leyes que establecen estándares mínimos para las calificaciones de los votantes, como exigir que los votantes tengan al menos 18 años y sean ciudadanos estadounidenses.
La Constitución también otorga a los estados el poder de celebrar elecciones para cargos estatales y locales. Los estados tienen pleno poder y responsabilidad para llevar a cabo estas elecciones, incluido el establecimiento de las fechas y horarios de las elecciones, la determinación de las calificaciones de los votantes y el recuento de los votos.
Entonces, si bien el gobierno nacional tiene cierto poder para establecer reglas para las elecciones federales, los estados son las principales entidades responsables de llevar a cabo las elecciones en los Estados Unidos.