1. La Revolución Industrial: La Revolución Industrial, que comenzó en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, trajo consigo importantes avances tecnológicos y un aumento de las capacidades de producción. Esto condujo a la producción masiva de bienes y a la expansión de las redes comerciales, transformando economías y sociedades en todo el mundo.
2. Expansión Colonial: Las potencias europeas, como Gran Bretaña, Francia, España y Portugal, expandieron sus imperios coloniales durante este período, estableciendo asentamientos y puestos comerciales en África, Asia y América. Esto les permitió acceder a nuevos recursos, mercados y mano de obra, impulsando aún más sus economías.
3. Era de la exploración: La Era de la Exploración, que había comenzado en el siglo XV, continuó hasta mediados del siglo XVIII, cuando los exploradores europeos se aventuraron en territorios inexplorados y establecieron rutas comerciales con regiones distantes. Esto facilitó el intercambio cultural, la difusión de conocimientos y la adquisición de recursos valiosos.
4. Mercantilismo: Los países europeos practicaban ampliamente el mercantilismo, una política económica destinada a aumentar la riqueza de una nación mediante el comercio y la acumulación de oro y plata. Esto llevó a la competencia por las colonias y al establecimiento de monopolios comerciales, lo que impulsó aún más el crecimiento económico global.
5. Revolución científica: La Revolución Científica, que comenzó en el siglo XVI, condujo a avances en la ciencia, las matemáticas y la tecnología. Este conocimiento se aplicó a diversos campos, como la navegación, la cartografía y la ingeniería, permitiendo mejorar el transporte y las comunicaciones, lo que facilitó las interacciones globales.
6. Ideas de iluminación: La Ilustración, un movimiento intelectual que enfatizaba la razón, el individualismo y el progreso, cobró impulso a mediados del siglo XVIII. Estas ideas influyeron en las estructuras políticas, económicas y sociales, lo que condujo a reformas y revoluciones que tuvieron impactos globales.
La combinación de estos factores, incluida la Revolución Industrial, la expansión colonial, la exploración, el mercantilismo, los avances científicos y la Ilustración, transformó el mundo a mediados del siglo XVIII, sentando las bases para una mayor interconexión global y el surgimiento de economías y sociedades modernas.