- Aislacionismo y No Intervención: Al comienzo de la guerra en 1914, Estados Unidos mantenía una fuerte tradición de aislacionismo, enfatizando la neutralidad y evitando conflictos extranjeros. Muchos estadounidenses creían que Estados Unidos debería centrarse en los asuntos internos, evitar los enredos europeos y seguir una política exterior pacífica.
- Falta de amenazas directas: Inicialmente, Estados Unidos no percibió una amenaza inmediata a sus intereses o seguridad nacionales por los acontecimientos en Europa. Si bien había simpatía por las potencias aliadas (Gran Bretaña, Francia y Rusia), Estados Unidos se mostró reacio a intervenir directamente en un conflicto que parecía geográfica y políticamente distante.
- Comercio con ambas partes: Estados Unidos mantuvo importantes vínculos económicos tanto con las potencias aliadas como con Alemania. El comercio, particularmente con Gran Bretaña y Francia, era esencial para la economía estadounidense, mientras que el comercio con Alemania, aunque interrumpido por la guerra, todavía tenía importancia económica. La interrupción del comercio con ambas partes habría tenido consecuencias económicas negativas para Estados Unidos.
- Ataques de submarinos alemanes: El factor más importante que finalmente llevó a Estados Unidos a entrar en la guerra fue el hundimiento del barco de pasajeros británico Lusitania por un submarino alemán en 1915, que provocó la pérdida de 128 vidas estadounidenses. Este suceso, junto con otros incidentes relacionados con ataques a buques mercantes estadounidenses, alimentó la indignación pública y aumentó el apoyo a la intervención del lado de los aliados.
- La diplomacia en tiempos de guerra y el telegrama de Zimmerman: Las tensiones diplomáticas aumentaron cuando Alemania llevó a cabo una guerra submarina sin restricciones, hundiendo barcos mercantes sin previo aviso. A principios de 1917, los británicos interceptaron y publicaron el ahora infame Telegrama Zimmerman, una propuesta secreta de Alemania que ofrecía a México una alianza contra Estados Unidos. La divulgación del telegrama galvanizó aún más a la opinión pública en Estados Unidos, lo que llevó a una declaración de guerra a Alemania el 6 de abril de 1917.