1. Aislacionismo :Estados Unidos tenía una larga tradición de aislacionismo, lo que significaba que evitaba involucrarse en conflictos extranjeros. Muchos estadounidenses creían que la guerra era un conflicto europeo y que Estados Unidos debería mantenerse al margen.
2. Intereses económicos :Estados Unidos tenía importantes vínculos económicos con las potencias aliadas y centrales, y a mucha gente le preocupaba que entrar en la guerra dañara la economía.
3. Oposición pública :Hubo una oposición pública generalizada a la guerra, particularmente entre los grupos pacifistas y socialistas. Muchos estadounidenses no creían que Estados Unidos tuviera intereses vitales en juego en la guerra.
4. Falta de preparación :Estados Unidos no estaba militarmente preparado para entrar en la guerra. El país tenía un ejército y una marina permanentes relativamente pequeños y carecía de la capacidad industrial para producir las armas y suministros necesarios.
5. Consideraciones políticas :El presidente Woodrow Wilson inicialmente se mostró reacio a entrar en la guerra porque temía que socavaría su agenda interna, que se centraba en reformas progresistas. También creía que Estados Unidos podría desempeñar un papel más eficaz en la promoción de la paz si permaneciera neutral.
Sin embargo, a medida que la guerra continuó y Estados Unidos se involucró cada vez más en ella, estas preocupaciones se fueron superando gradualmente. El hundimiento del Lusitania, el Telegrama Zimmerman y la campaña de guerra submarina sin restricciones por parte de los alemanes ayudaron a inclinar la opinión pública a favor de la intervención. En abril de 1917, Estados Unidos declaró la guerra a Alemania, entrando en el conflicto del lado de los aliados.