Sin embargo, también había una cantidad significativa de ansiedad e incertidumbre. La guerra fue una experiencia nueva y sin precedentes, y muchos australianos estaban preocupados por los posibles costos y sacrificios que implicaría. La campaña de Gallipoli, que comenzó en abril de 1915, provocó numerosas bajas y se convirtió en un momento decisivo en la historia militar australiana. La pérdida de tantos jóvenes tuvo un profundo impacto en la sociedad australiana y la guerra comenzó a adquirir un tono más sombrío.
A pesar de los desafíos y las pérdidas, los australianos se mantuvieron firmes en su apoyo al esfuerzo bélico. Consideraron que era un deber estar junto a sus aliados y defender los intereses de su nación. La guerra también fomentó un sentido de identidad y unidad nacional y se convirtió en un capítulo importante de la historia de Australia.