La quietud del bosque en medio del desierto, donde reinan los viejos algarrobos y sus renuevos de diferentes edades y formas y brilla la corte de zapotes, faiques y palo verde, es el magnífico escenario donde las huellas del antiguo reino teocrático de Sicán, en forma de grandes pirámides truncadas que han resistido quinientos años de saqueo y abandono. Sin embargo, a pesar de todo, todavía son capaces de darnos pruebas de su fatídico poder y grandeza:durante casi trescientos años, a finales del primer milenio d.C., los Sicán hicieron de su terrible poder la fuerza predominante e influyente de un amplio territorio. que comprendía desde el sur del Ecuador, hasta las fronteras de Pachacamac y Ancón. Aproximadamente seis mil hectáreas cubren el Santuario Histórico Bosque de Pómac, el bosque seco más grande de América y probablemente del mundo, un conjunto de especies de flora y fauna adaptadas al clima excepcionalmente seco del desierto costero, que vive del contacto encontrado con agua subterránea por la fuerza de sus raíces y propiciadora de una fauna sorprendente por su variedad.

El poder de Sicán Quizás no sea un caso único en la rica historia transcurrida en el territorio peruano, poblado de valiosas manifestaciones culturales ignoradas, la memoria de Sicán ha tardado en imponerse ante los ojos de los peruanos y del mundo. El gran revelador de la importancia de Sicán, el Doctor Izumi Shimada, lo caracteriza cronológicamente con base en estudios de su cerámica, en tres períodos:Sicán Temprano, que habría existido entre 700 y 900 d.C., Sicán Medio entre 900 y 1100 d.C., y Sicán tardío entre 1100 y 1350 d.C. Es a Sicán Medio, sin embargo, a quien debemos atribuir el aporte y legado más importante en obras de fina metalurgia, cerámica, refinada técnica y formas de convivencia en la naturaleza, que un modernísimo Museo Sicán – intensamente promovido por el Dr. Shimada y obtenido gracias a la cooperación japonesa, nos expone prácticamente a pocos kilómetros del bosque donde se encontraron tales vestigios. Sin embargo, no son los únicos. Se puede afirmar con seguridad que casi el ochenta por ciento de los objetos antiguos tallados en oro y otros metales, provenientes de nuestro territorio, que se encuentran en colecciones privadas y museos del Perú y fuera del Perú, y que causan la admiración del mundo por la maestría del nuestros artesanos provienen de Batán Grande, nombre con el que también se conoce la zona donde se ubicaba el centro del poder de Sicán, en lo que hoy es el Santuario Histórico del Bosque de Pómac.




