Es importante señalar que la gran mayoría de las muertes de nativos americanos durante este período no fueron el resultado de violencia directa o acción militar, sino más bien de la propagación de enfermedades europeas, como la viruela y el sarampión, que diezmaron a las poblaciones de nativos americanos. Además, muchos nativos americanos murieron de hambre y exposición como resultado del desplazamiento y la alteración de sus formas de vida tradicionales.
Por ejemplo, la expulsión de Cherokee, también conocida como el Sendero de las Lágrimas, resultó en la expulsión forzosa de aproximadamente 15.000 personas Cherokee de sus tierras ancestrales en el sureste de los Estados Unidos al territorio indio (actual Oklahoma) en la década de 1830. Miles de Cherokee murieron en el camino debido a enfermedades, desnutrición y exposición a las inclemencias del tiempo.
En general, el impacto de las políticas y acciones de Andrew Jackson en las poblaciones nativas americanas fue devastador y tuvo consecuencias de gran alcance que se siguen sintiendo hoy.