1. Impacto en la economía del comercio: La economía de muchos estados del sur dependía en gran medida de la agricultura y los sistemas de plantaciones, siendo el algodón el cultivo principal. A los sureños les preocupaba que un aumento de los derechos de importación (aranceles más altos) sobre el algodón exportado encareciera sus productos y los hiciera menos competitivos en los mercados internacionales, reduciendo así sus ganancias y su bienestar económico general.
2. Percibido como "injusto" por el Sur: Los sureños sintieron que estaban en desventaja política y económica en comparación con los estados del norte. Para los sureños, los aranceles más altos parecían proteger y favorecer a las industrias del Norte, al tiempo que cargaban al Sur con menos recursos industriales. Esta percepción de discriminación y trato injusto exacerbó las tensiones y los resentimientos.
3. Preocupaciones sobre los derechos y la autonomía del Estado: Los sureños eran firmes defensores de los derechos y la autodeterminación de los estados, y creían que los estados tenían derecho a tomar decisiones sin una interferencia significativa del gobierno federal. El concepto de aranceles más altos impuestos por el gobierno federal fue visto como una usurpación de sus derechos estatales, desafiando su autonomía e intereses locales.
4. Impacto potencial sobre el trabajo esclavo: En el sistema de plantaciones del sur, la mano de obra esclava se utilizó ampliamente en la producción agrícola, particularmente para el cultivo del algodón. Unos aranceles más altos sobre las exportaciones de algodón podrían dar lugar a una reducción de los beneficios y posiblemente a una disminución de la demanda de algodón, afectando en consecuencia al valor económico de los esclavos. Estas preocupaciones intensificaron los debates y las tensiones relacionadas con la moralidad y la economía de la esclavitud.
5. Miedos al dominio del Norte: Los sureños sintieron que el gobierno federal, cada vez más moldeado por los intereses y la fuerza política del Norte, utilizaría los aranceles para fortalecer aún más las industrias y economías del Norte. Este temor al "dominio del Norte" avivó el conflicto político, lo que llevó a algunos sureños a creer que preservar el modo de vida y la estructura social del Sur requería la secesión y el establecimiento de su Confederación.
En esencia, la perspectiva de aranceles más altos amplificó las tensiones seccionales y contribuyó a las crecientes divisiones entre los estados del Norte y del Sur, lo que en última instancia condujo al estallido de la Guerra Civil estadounidense.