Estados Unidos adquirió la Cesión Británica (también conocida como Viejo Noroeste) como resultado del Tratado de París en 1783. Este tratado puso fin a la Guerra Revolucionaria Americana y reconoció la independencia de Estados Unidos. El territorio cedido por Gran Bretaña en virtud del tratado cubría tierras entre los Apalaches y el río Mississippi, lo que lo convertía en una adquisición importante para la nueva nación. También incluía partes de lo que hoy son Michigan, Ohio, Indiana, Illinois, Wisconsin y Minnesota.