En la primavera de 1865, la Confederación estaba en estado de colapso. La Unión había obtenido una serie de victorias importantes, incluida la Batalla de Gettysburg en 1863 y la Batalla de Vicksburg en 1864. Estas victorias aislaron a la Confederación del río Mississippi y la dividieron en dos. Además, la Armada de la Unión había bloqueado los puertos del sur, impidiendo a la Confederación importar suministros. Como resultado, la Confederación enfrentaba escasez de alimentos, ropa y municiones.
En abril de 1865, el general confederado Robert E. Lee se rindió al general de la Unión Ulysses S. Grant en el Palacio de Justicia de Appomattox. Esta rendición puso fin efectivamente a la Guerra Civil. La Confederación había sido derrotada y Estados Unidos volvía a ser una sola nación.