1. Dependencia económica:Se esperaba que las colonias americanas sirvieran como fuentes de materias primas y productos agrícolas que se enviarían a Gran Bretaña. Se animó a las colonias a producir productos básicos como algodón, tabaco, azúcar y pieles, que luego se exportarían a la madre patria.
2. Restricciones comerciales:Las colonias debían comerciar principalmente con Gran Bretaña y sus colonias, asegurando que los beneficios económicos permanecieran dentro del imperio. Esto se hizo cumplir a través de varias regulaciones, como las Leyes de Navegación, que restringían el comercio con entidades no británicas e imponían derechos a los bienes importados.
3. Manufactura limitada:Para mantener el dominio económico de Gran Bretaña, se disuadió a las colonias de desarrollar sus propias industrias manufactureras. Los británicos querían impedir la competencia de las colonias en áreas como los textiles, la construcción naval y la producción de hierro.
4. Subordinación a los intereses británicos:Las colonias estaban subordinadas a los intereses políticos, económicos y sociales británicos. Tenían un autogobierno limitado y se esperaba que se adhirieran a las políticas y decisiones tomadas por el gobierno británico y el sistema mercantil.
5. Provisión de recursos:Se esperaba que las colonias proporcionaran recursos y mano de obra para apoyar los esfuerzos militares británicos, como proporcionar soldados, barcos y suministros para los conflictos.
6. Fuente de mano de obra:Las colonias americanas fueron vistas como una fuente de mano de obra barata, incluidos sirvientes contratados y personas esclavizadas. Esta mano de obra era fundamental para el desarrollo de las plantaciones y la explotación de los recursos naturales.
7. Mercado de productos británicos:También se esperaba que las colonias sirvieran como mercado cautivo para los productos manufacturados británicos. Al limitar la competencia y promover los productos británicos, el sistema mercantilista pretendía asegurar la prosperidad de las industrias británicas.
En general, las colonias americanas eran vistas como activos económicos que se esperaba que contribuyeran a la riqueza, el poder y la autosuficiencia del Imperio Británico. Estas expectativas, junto con otros agravios, eventualmente contribuyeron a las tensiones que llevaron a la Revolución Americana y al deseo de independencia de los colonos.