Una de las contribuciones más importantes que hicieron los nativos americanos a la colonia de Rhode Island fue su ayuda para enseñar a los colonos sobre el medio ambiente local. Los colonos desconocían el clima, el suelo y las plantas y animales de la zona. Los nativos americanos les ayudaron a aprender cómo adaptarse a estas nuevas condiciones y cómo sobrevivir en la naturaleza.
Los nativos americanos también enseñaron a los colonos sobre los cultivos locales y cómo cultivarlos. Los colonos estaban acostumbrados a cultivar en Europa, que no crecían bien en el clima de Nueva Inglaterra. Los nativos americanos les mostraron cómo cultivar maíz, frijoles y calabazas, todos ellos bien adaptados al entorno local.
Además de enseñar a los colonos sobre agricultura, los nativos americanos también los ayudaron a recolectar mariscos y otros alimentos. Las aguas de la bahía de Narragansett estaban repletas de pescados, mariscos y otros mariscos. Los nativos americanos mostraron a los colonos cómo pescar y preparar estos alimentos, que eran una valiosa fuente de proteínas.
Los nativos americanos también ayudaron a los colonos a construir sus hogares. Mostraron a los colonos cómo construir casas comunales, que eran un tipo de vivienda que se adaptaba bien al clima de la región de Nueva Inglaterra. Las casas comunales estaban hechas de madera y corteza y, por lo general, eran lo suficientemente grandes como para albergar a varias familias.
Finalmente, los nativos americanos a menudo sirvieron como guías e intérpretes para los colonos. Ayudaron a los colonos a comunicarse con otras tribus nativas americanas y facilitaron el comercio y otras interacciones entre los colonos y los nativos americanos.
La ayuda que los nativos americanos brindaron a la colonia de Rhode Island fue esencial para la supervivencia y el éxito de la colonia. Los colonos no habrían podido sobrevivir sin el conocimiento y la ayuda de los nativos americanos.