Activistas indios americanos ocuparon la isla de Alcatraz desde noviembre de 1969 hasta junio de 1971 en protesta por el trato que el gobierno de los Estados Unidos daba a los nativos americanos. Los nativos americanos habían sido sometidos a siglos de desplazamiento, violencia y opresión cultural, y la ocupación de Alcatraz fue vista como una forma de llamar la atención sobre estas injusticias y exigir un cambio. Durante la ocupación, los activistas crearon conciencia sobre los derechos de los tratados de los nativos americanos, la necesidad de autodeterminación y la soberanía de las naciones nativas. La ocupación también provocó un movimiento más amplio por los derechos de los nativos americanos y revitalizó la cultura y la identidad de los nativos americanos.
En contraste, los activistas afroamericanos e hispanos utilizaron tácticas diferentes para luchar por sus derechos. Los activistas afroamericanos se centraron en protestas no violentas, desobediencia civil y organización comunitaria para lograr cambios sociales, económicos y políticos. Los activistas hispanos utilizaron diversas tácticas, incluida la organización de base, los esfuerzos comunitarios y la defensa política para luchar por los derechos civiles, la reforma migratoria y la justicia económica. Estas tácticas difieren de la ocupación de la isla de Alcatraz, que fue una acción única adoptada por activistas nativos americanos para confrontar directamente al gobierno y crear conciencia sobre sus preocupaciones y demandas específicas.