1. Posiciones alemanas fortificadas: Los alemanes habían construido extensas fortificaciones a lo largo de la playa, incluidos búnkeres de hormigón, nidos de ametralladoras y alambres de púas. Estas fortificaciones proporcionaron a los defensores una gran ventaja y les permitieron infligir numerosas bajas a las tropas atacantes.
2. Potencia de fuego alemana pesada: Los defensores alemanes estaban equipados con una variedad de armas, incluidas ametralladoras, morteros y artillería, que utilizaron con efectos devastadores contra las fuerzas de desembarco. El terreno elevado que domina la playa proporcionó a los alemanes una excelente observación y campos de tiro, lo que les permitió apuntar a las tropas que avanzaban con precisión.
3. Terreno difícil: Omaha Beach se caracteriza por una playa estrecha y empinada respaldada por acantilados escarpados. Este terreno dificultó que las tropas de desembarco avanzaran tierra adentro y establecieran un punto de apoyo. La playa también tenía una pendiente poco profunda, lo que significó que las lanchas de desembarco se vieron obligadas a detenerse más lejos de la costa, exponiendo a las tropas al fuego enemigo mientras avanzaban por el agua.
4. Mares agitados y mala visibilidad: Las condiciones meteorológicas el día D estaban lejos de ser las ideales. Las altas olas y las fuertes corrientes dificultaron que las lanchas de desembarco se acercaran a la playa, y la mala visibilidad impidió que el apoyo aéreo proporcionara una cobertura precisa. Estas difíciles condiciones complicaron aún más la operación de aterrizaje.
A pesar de estas feroces formas de resistencia, las fuerzas estadounidenses demostraron una valentía y determinación notables en su asalto a la playa de Omaha. Su eventual éxito en la superación de estos obstáculos resultó crucial para el éxito general de los desembarcos del Día D y la liberación de Normandía.