El primer período artístico de Diego Rivera se caracteriza por su exploración de diversos estilos e influencias. Inició sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Carlos en la Ciudad de México, donde estuvo expuesto a la pintura académica y las obras de los Viejos Maestros. Durante esta época también entró en contacto con el movimiento muralista mexicano, que se convertiría en un aspecto definitorio de su obra posterior.
El período cubista:1922-1927
A principios de la década de 1920, Rivera viajó a Europa, donde fue influenciado por el movimiento cubista. El cubismo, iniciado por artistas como Pablo Picasso y Georges Braque, implicó descomponer objetos en formas geométricas y representarlos desde múltiples perspectivas. Rivera incorporó estas técnicas a su propio trabajo, creando pinturas y murales que combinaban imágenes tradicionales mexicanas con la estética cubista.
El periodo muralista:1928-1957
El período muralista de Rivera se considera su fase más significativa e influyente. Regresó a México a finales de la década de 1920 y se convirtió en una figura destacada del movimiento muralista mexicano. Al trabajar en murales a gran escala para edificios públicos, Rivera buscó crear arte que fuera accesible y significativo para el pueblo mexicano, representando escenas de la historia, la política y la vida cotidiana. Sus murales más famosos incluyen "La Creación" y "El hombre en la encrucijada" en el Palacio Nacional de la Ciudad de México.
El Período Tardío:1958-1957
En sus últimos años, Rivera continuó pintando murales, pero también experimentó con otros medios como pinturas de caballete, dibujos y esculturas. Su trabajo durante este período mostró un cambio hacia un estilo más personal e introspectivo, reflejando a menudo sus propias experiencias y pensamientos sobre la vida y el arte. Las últimas obras de Rivera están marcadas por un uso rico y vibrante del color, así como un enfoque en temas relacionados con la cultura y la identidad mexicanas.