Historia de Europa

Testimonios de acontecimientos públicos y pasiones privadas en la Antigua Roma

Hace unos años a los que pintaban paredes, edificios, carros… los llamaban gamberros y los perseguían, hoy la cosa ha cambiado y ya cuentan con espacios donde desarrollar su arte urbano e incluso los contratan para decorar las contraventanas de algunas tiendas. alguna vez lienzos de sus escapadas nocturnas. Pues bien, el germen de estos grafiteros bien podría estar en los encargados de pegar carteles electorales en la Antigua Roma. No fue algo que se dejó al azar, pero estaban muy organizados —como casi todo en la gran ciudad—. Grupos de seguidores e incluso personas contratadas para la ocasión, recorrieron las calles en busca de los mejores “escaparates” donde realizar graffitis (graffiti) vendiendo la excelencia de su candidato o sacando los trapos sucios de sus contrincantes. Si contabas con el visto bueno del dueño de las fachadas o muros donde se iban a estampar los grafitis, actuabas a plena luz del día e intervenían dos voluntarios o personas contratadas:el repartidor (bleach), quien se encargó de pintar la pared de blanco para resaltar el mensaje, y el scriptor , el propio grafitero. De lo contrario, era necesario actuar al amparo de la luna y se necesitaba una persona más:el laternarius , para iluminar y mirar. Cuando el dueño de la fachada vio el graffiti por la mañana, tuvo dos opciones:dejarlo pasar, generalmente si era partidario del candidato al que se alude en el graffiti, o contratar a otro negociador . para tapar el graffiti —quién sabe si no será el mismo—.

Vesonio Primo solicita la elección de Ígneo Helio como edil, hombre digno de un cargo público.

Voten por Lucio Cesernino duumviro de Nuceria, se los ruego:es un buen hombre.

Testimonios de acontecimientos públicos y pasiones privadas en la Antigua Roma

Aunque durante las campañas electorales era la época en la que más paredes se decoraban/manchaban, era habitual encontrar graffitis por toda la ciudad en los que los ciudadanos se expresaban libremente. Sexo, amor, ira, humor, filosofía… cualquier tema. Y buena prueba de ello son los miles de graffitis encontrados en Pompeya y conservados gracias a la erupción del Vesubio en el año 79. Aquí tenéis una pequeña muestra...

-Me oriné en la cama. Confieso que he cometido un
pecado, pero si me preguntas, invitado, el motivo, te diré:
No tenía urinario.
-Un pequeño problema se convierte en un grande si se ignora.
/>-Quien hace el amor con chicos y chicas sin límite
ni medida no administra bien su dinero.
-¡Ay, paredes! Has soportado tantos graffitis aburridos
Me sorprende que no te hayas derrumbado.
-Soy tuyo por dos ases de bronce.
-Cruel Lalagus, ¿por qué no? ¿No me amas?
-Celado el Tracio hace suspirar a las niñas
-Llorar, niñas. Mi pene se ha rendido contigo. Ahora perfora los traseros de los hombres.
-Cosmo, gran invertido y tonto.
-Si alguien no cree en Venus, que mire a mi novia.
-Atimeto me dejó embarazada.
/>-Restituta, quítate la bata y luce tus partes peludas.
-Puedes tomarte una copa aquí por sólo una moneda. Por
dos, un vino mejor, y por cuatro monedas, un Falerno

Testimonios de acontecimientos públicos y pasiones privadas en la Antigua Roma