Aunque todavía existen lugares y culturas donde ser mujer es una profesión de riesgo, poco a poco y con mucha dificultad se han ido equiparando derechos y libertades a los de los hombres. En la antigua Grecia, cuna de la democracia y la civilización occidental, las mujeres eran ignoradas, valoradas sólo por su función reproductiva y confinadas en el gineceo (parte de la casa reservada a las mujeres). Esta exclusión social de las mujeres hizo de la homosexualidad entre los griegos una práctica común y habitual. Pero esta homosexualidad, normalmente, no se daba entre hombres adultos sino entre un hombre adulto (llamados erastas , el amante) y un adolescente (llamado eromenos , el amado).
La forma más común de relaciones sexuales entre hombres en Grecia era la payerastia (combinación de país , chico y eran , amor, amante), de este término proviene la palabra pederastia. Como ejemplo de “normalidad” en este tipo de relaciones tenemos las palabras de Platón en el Banquete :
para el joven no hay mayor felicidad que un valiente que lo ama, y para el hombre no hay mayor felicidad que un valiente efebo del que está enamorado
Pero el caso más llamativo es el de Tebas, donde se formó un ejército formado por parejas de enamorados:«el regimiento de los amantes » también llamado «batallón sagrado de Tebas«. Estaba formado por 150 parejas de amantes y constituía una formación de élite que basaba su fuerza y poder en el amor entre sus integrantes. Según Plutarco:
Para los hombres de la misma tribu o familia, hay poco valor mutuo cuando el peligro apremia; pero un batallón fundado en la amistad basada en el amor nunca será quebrantado y es invencible; porque los amantes, avergonzados de no ser dignos ante los ojos de sus amados, y los amados ante los ojos de sus amantes, voluntariamente se arrojan al peligro por el alivio mutuo.