La famosa frase No envié mis barcos a luchar contra los elementos atribuida a Felipe II, tras el desastre de la Armada Invencible en su intento de conquistar Inglaterra en 1588, bien pudo haber sido pronunciada por Kublai Khan. en sus dos intentos de conquistar Japón tres siglos antes.
Si hoy hablamos de un kamikaze Todos pensamos que nos referimos a los pilotos suicidas de la Armada Imperial Japonesa que se lanzaron contra unidades o instalaciones aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, pero la leyenda del Kamikaze , viento divino , hace referencia a dos poderosos tifones que destruyeron la flota mongola que intentó dos veces conquistar Japón durante el siglo XIII.

Tifón destruyendo la flota
En 1274, y ya controlando China, Kublai Khan decidió dar el paso y conquistar Japón. Con una poderosa flota de casi 1.000 barcos y unos 40.000 soldados se presentó frente a la tierra del Sol Naciente y, aunque los primeros enfrentamientos en tierra firme fueron favorables a los mongoles, fueron sorprendidos por un terrible tifón. Casi un tercio de la flota se hundió y tuvieron que darse por vencidos. Siete años después lo volvieron a intentar con muchos más barcos y soldados pero el resultado fue el mismo... otro tifón les obligó a retirarse. Los descubrimientos, en este siglo, de restos de barcos que parecen haber participado en esta flota invasora, hacen creer que muchos de estos barcos eran barcazas más propias de aguas fluviales que de mar abierto. El deseo de conquista y el viento divino derrotaron al Gran Khan .