El gran escritor francés Alejandro Dumas (1802 – 1870) se casó con la actriz Ida Ferrer en 1840. Aquella boda no fue por amor sino por la dote que aportó Ida y con la que pudo saldar las múltiples deudas que tenía el escritor.
Vivían en la misma casa pero separados, Ida en la planta baja y Dumas en el primer piso. Una noche de invierno muy fría, al regresar tarde a su casa, Dumas pensó que tal vez había fuego en la chimenea del apartamento de Ida y llamó a la puerta. La mujer se la abrió en camisón porque ya se había acostado, pero el fuego de la chimenea aún ardía y Dumas se sentó. Las prisas de su esposa por que se fuera les hizo sospechar que algo andaba mal. Miró alrededor de la habitación y encontró a su amigo Roger de Beauvoir. en el balcón. que temblaba de frío. Lejos de hacer un escándalo, Dumas le dijo a su amigo:
-Oye, Roger, has perturbado la paz de mi familia. Quiero perdonarte. Seamos magnánimos como lo eran los antiguos romanos, que cuando querían hacer las paces se reconciliaban en la plaza pública.
Y tomando su mano, la colocó entre las piernas de su esposa, añadiendo:
-Esta será nuestra plaza pública.
Fuente:Intimidades de la Historia – Carlos Fisas