Este post sólo pretende servir como ejemplo para demostrar que el extremismo y el fundamentalismo en cualquier ámbito de la vida (ideología, religión, política, deportes, etc.) nos vuelven estúpidos y avergonzados o, peor aún, violentos.
Nos trasladamos a la Época Victoriana, más o menos coincidiendo con el reinado de Victoria I del Reino Unido (1837-1901), que estuvo marcada por la Revolución Industrial y la expansión del imperio colonial a partir de ella. Estos significativos cambios a nivel social, económico y tecnológico consolidaron al Reino Unido como la primera potencia de su tiempo.
A pesar de estos cambios, la sociedad victoriana todavía se regía por principios puritanos:vida discreta y ordenada, austeridad económica, metodismo religioso y conservadurismo político. El libro de cabecera de los puritanos era "El libro de etiqueta de Lady Gough. » (una especie de manual del perfecto puritano). Entre muchas otras sutilezas, se aconsejaba, por decoro, no mezclar libros escritos por hombres y mujeres en un mismo estante, sino que debían colocarse en bibliotecas separadas.
Y para rizar el rizo
Sólo podrían estar juntos si los autores estuvieran casados
Y me pregunto:
¿Dónde se colocarían los libros escritos por mujeres bajo el seudónimo de un hombre? Como el caso de Fernán Caballero seudónimo de la escritora española Cecilia Böhl de Faber y Larrea
Fuente:Feas al odio y al miedo