Historia de Europa

La joya más brillante de la corona británica llega desde España

El símbolo más representativo de la realeza británica es la Corona Imperial del Estado , la corona que han lucido los monarcas británicos desde que la reina Victoria subió al trono en 1837 en los actos más solemnes como coronaciones y sesiones inaugurales del Parlamento.

Esta corona presume de una impresionante multitud de joyas y piedras preciosas de valor incalculable, pero entre ellas destaca un enorme rubí rojo, conocido como “El Rubí del Príncipe Negro” (ver imagen). La corona y la joya en sí son muy populares, pero lo que no es tan conocido es que este rubí llegó a Inglaterra desde España, aunque existen diferentes teorías sobre su lugar de origen.

La historia es la siguiente:en la segunda mitad del siglo XIV convergieron en Europa dos guerras dinásticas:una por la corona francesa que enfrentó a ingleses y franceses, conocida como la Guerra de los Cien Años; el otro por la corona de Castilla que enfrentaba a los dos hijos de Alfonso XI, Pedro I (hijo de su esposa María de Portugal), y Enrique de Trastámara (hijo de su amante Leonor de Guzmán).

En otros artículos del blog (María de Padilla; Catalina de Lancaster) hemos comentado la importancia que tuvo el desenlace de la guerra de Castilla para las dos potencias enfrentadas en la Guerra de los Cien Años :Esencialmente, el control de la poderosa armada castellana era vital para ambos contendientes europeos y dependía de quién ostentaba la corona de Castilla; así, Francia apoyó a Enrique e Inglaterra apoyó a Pedro.

Pedro, que tuvo que huir precipitadamente de Sevilla en pleno conflicto, cogiendo lo que pudo del tesoro real, marchó a Francia donde encontró el apoyo del Príncipe de Gales, Eduardo «El Príncipe Negro» (a quien en su día dedicamos un artículo en este blog Eduardo, «el Príncipe Negro»). Juntos regresaron a Castilla donde derrotaron a Enrique en la batalla de Nájera en 1367. Como agradecimiento por el apoyo recibido de las tropas inglesas (y como consecuencia de la falta de dinero en efectivo para pagar dicho apoyo), Pedro presentó al Príncipe de Gales con un enorme rubí que estaba entre las joyas del tesoro de Castilla que Pedro había tomado de Sevilla (aunque alguna versión sostiene que no fue Pedro quien entregó el rubí a Eduardo, sino que los ingleses se apropiaron de la joya , robándolo). /P>

Más polémica plantea la discusión sobre el origen del rubí regalado por Pedro al Príncipe Negro. Algunos sostienen que se trataba de una joya engastada en la espada de Fernando III "El Santo" que se encontraba en Sevilla y de la que Pedro se apropió en su retirada de esta ciudad a Francia. Sin embargo, la versión más extendida es que Pedro se hizo con el poder asesinando a uno de los contendientes por el reino árabe de Granada, Mohamed VI (conocido como "El Rey Bermejo"), guerra en la que Pedro apoyó al otro contendiente, Mohamed V, a quien el anterior lo había destronado.

A partir de entonces, las especulaciones sobre la llegada de la joya a Granada son innumerables (algunos sostienen que procede de las minas del rey Salomón), pero escapan al objeto de esta artículo que sólo pretendía contar cómo una joya procedente de España llegó a la más famosa de las coronas reales británicas.

El viaje del rubí desde que Pedro se lo dio a Eduardo en 1367 hasta que fue engastado en la corona usada por la reina Victoria en su coronación en 1837 y las manos por las cuales sucedió es una historia fascinante. Recorre la historia europea de la época pero, como siempre, esa es otra historia.

Imagen| Corona Imperial del Estado


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