El franquismo nunca fue un sistema democrático y, en consecuencia, nunca generó un conjunto de leyes que sirvieran para gestionar la política, las relaciones sociales, la economía, etc., desde una perspectiva asimilable a las democracias parlamentarias.; No tenía, por tanto, una constitución que fuera la columna vertebral del sistema político.
Su origen totalitario, comparable a las dictaduras fascistas, permaneció latente durante todo su período de vigencia. Es cierto, sin embargo, que la derrota de Italia y Alemania en la Segunda Guerra Mundial y los posteriores intentos de acercarse a una Europa y a Estados Unidos democráticos, obligaron al régimen a una cierta evolución en la que paulatinamente se fue deshaciendo de elementos fascistas y acercándose a formas políticas que pretendían ser comparables a las democracias occidentales.
Esta evolución se manifiesta en la elaboración de las leyes básicas del sistema político franquista. Leyes que, en su conjunto, pretendían sustituir el papel de la constitución en un estado democrático. El siguiente mapa conceptual expone el contenido de aquellas leyes que estructuraron la organización política, social y económica del Estado franquista. Su propia dispersión y evolución revelan el carácter antidemocrático y dictatorial del régimen.