Introducción
El pasado 17 de abril se cumplieron 60 años de la fallida invasión a Cuba ocurrida en Bahía de Cochinos. Fue una operación militar llevada a cabo por exiliados cubanos apoyados por el gobierno de Estados Unidos a través de la CIA quienes, en abril de 1961, desembarcaron en ese lugar con la intención de dominar el territorio circundante y dar origen a un gobierno provisional que reemplazaría al de Fidel. Castro.
La acción fracasó en menos de cuatro días, aplastada por las milicias y las Fuerzas Armadas cubanas. Más de un centenar de soldados invasores murieron y unos 1.200 fueron hechos prisioneros. El ejército cubano también capturó una importante cantidad de material bélico.
Los orígenes de la invasión
Desde su independencia de España en 1898 y hasta entonces, Cuba había estado bajo la influencia estadounidense, pero el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro el 1 de enero de 1959 supuso una ruptura en esta situación. Inicialmente las relaciones entre el nuevo régimen cubano y Estados Unidos no eran malas, pero las políticas de Castro no tardaron en conducir al enfrentamiento; los norteamericanos, acostumbrados a mandar en Cuba, vieron cómo su influencia desaparecía. Sin embargo, Castro proclamó el carácter democrático de su proyecto, su defensa de los derechos humanos y la libertad de prensa.
Es necesario recordar que la revolución que derrocó al dictador Batista no fue una revolución socialista, su giro hacia el socialismo se produjo un año después. La ideología principal del movimiento guerrillero fue el nacionalismo inspirado en José Martí, aunque también tenía interés en la igualdad social. Sin embargo, desde el inicio mismo de la revolución se aprobaron diversas medidas que tensaron las relaciones con Estados Unidos:la destitución del presidente interino Manuel Urrutia, más moderado que Castro, la represión de sectores revolucionarios anticomunistas, por ejemplo, el del comandante revolucionario Huber Matos y, sobre todo, la aprobación de la Ley de Reforma Agraria que expropió las fincas agrícolas de empresas norteamericanas.
En respuesta, el gobierno estadounidense, entonces encabezado por el presidente Dwight D. Eisenhower (1953-1961), adoptó medidas de represalia:suspendió la compra de azúcar (el principal producto de exportación de Cuba), suspendió las ventas de petróleo de Estados Unidos y sus aliados, etc.-. La intención era paralizar la economía cubana. En respuesta a estas medidas, el gobierno de Castro expropió más empresas estadounidenses, especialmente refinerías de petróleo.
Fue entonces cuando Fidel Castro giró hacia el bloque comunista. Buscaba una solución política y económica para el país y para el nuevo régimen, acosado por la posición de los estadounidenses. El acercamiento comenzó a producirse en 1960, representado simbólicamente por el abrazo entre Castro y Jruschov durante una Asamblea General de la ONU y materialmente con la llegada a Cuba ese mismo año de material militar soviético, aunque no se llevó a cabo la proclamación expresa de la alianza. celebrada hasta abril de 1961, paralelamente a la invasión de Bahía de Cochinos.
De este modo. el desacuerdo producido por la aplicación de la reforma agraria terminó convirtiéndose en una ruptura total entre Estados Unidos y Cuba. Pronto pasaría de intentar ahogar la economía a considerar la posibilidad de derrocar a Castro.
El 20 de enero de 1961, John F. Kennedy asumió la presidencia de los Estados Unidos. Entre el legado de D. Eisenhower estuvo una operación para invadir Cuba promovida por la CIA y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
La invasión
La planificación de la invasión ya estaba diseñada cuando Kennedy llegó al poder. La encargada de planificarlo había sido la CIA siguiendo el modelo utilizado en el derrocamiento de Jacobo Árbenz en Guatemala (1954), pero con exiliados cubanos. De esta manera, Kennedy comprobó que el plan ya estaba en marcha y la CIA presionaba para que se llevara a cabo ya. El presidente aceptó con la condición de que pareciera un tema exclusivamente cubano, ya que no quería que obstaculizara su proyecto de acercamiento político con América Latina.
El proyecto consistía en realizar un desembarco capaz de crear una cabeza de playa sostenible que diera lugar a la llegada de un gobierno provisional que oficializara la situación y solicitara formalmente ayuda a Estados Unidos. La invasión, según la CIA, provocaría levantamientos populares anticastristas dentro de Cuba.
Para ello se formó una fuerza de unos 1.400 hombres, de los cuales pocos eran militares, organizados como una brigada (la 2506). Por ello, recibieron capacitación previa en Guatemala. A ellos se sumaron algunos aviadores que tenían la misión de pilotar los obsoletos aviones de transporte C-46 y C-54 y los bombarderos B-26. El gobierno de Estados Unidos suministró todas las armas necesarias para habilitar la brigada, así como aviones y barcos de transporte y bombardeo.
El plan de invasión inicial, elaborado por Eisenhower, fue modificado por la administración Kennedy con la disminución del número de aviones (de 16 a 8) y el cambio del lugar de aterrizaje, desde las cercanías de la ciudad de Trinidad a Playa Girón en la Bahía de Porcinos, también en la costa sur. La nueva ubicación tenía más desventajas al tratarse de una zona pantanosa con una sola entrada terrestre, cuyo control sería clave para el éxito de la operación.
Las fuerzas invasoras partieron de Puerto Cabezas (Nicaragua) desde donde también despegaron los aviones que participaron en el operativo. Esto comenzó en la madrugada del 15 de abril de 1961 con el bombardeo de los principales aeropuertos militares cubanos. La acción sólo tuvo un éxito parcial ya que la mayor parte de la aviación de Castro permaneció intacta y jugó un papel importante en detener la invasión.
El día 16, la policía política –Dirección de Seguridad del Estado de la Revolución Cubana– llevó a cabo una importante redada para detener a numerosos opositores, lo que neutralizó los posibles contactos de la contrarrevolución dentro de Cuba.
El 17 de abril la brigada desembarcó en Playa Girón. Mientras tanto, las milicias y el ejército cubanos habían movilizado a unos 15.000 hombres y varias decenas de tanques, la mayoría T-34 de origen soviético. La aviación castrista atacó los barcos que participaron en el desembarco, hundiendo o dañando varios de ellos, lo que rompió la cadena de suministro de los invasores. Sin embargo, los invasores habían logrado establecer una cabeza de playa y penetrar unos diez kilómetros en el interior de la isla, tomando las localidades de Cayo Ramona y San Blas.
La falta de apoyo aéreo (Estados Unidos no autorizó nuevos vuelos desde Nicaragua) y la falta de suministros impidieron que se avanzara mucho más. Esa misma noche la CIA pidió a Kennedy que proporcionara apoyo aéreo a los invasores, a riesgo de un fracaso militar. Kennedy se negó, citando la necesidad de mantener una visibilidad mínima en el conflicto.
El 18 de abril se inició la contraofensiva cubana con el uso masivo de artillería y tanques y el apoyo de la aviación. Las tropas invasoras tuvieron que retirarse, desmoralizadas por el apoyo de la población civil a las fuerzas castristas. Finalmente se concentraron en Playa Girón donde fueron asediados por tropas gubernamentales. Antes del anochecer la mayoría de los invasores se rindieron; el intento de invasión y el proyecto de un gobierno alternativo en Cuba habían fracasado.
Conclusiones.
La invasión de Bahía de Cochinos puede considerarse un gran fracaso de los servicios de inteligencia norteamericanos porque no sólo no logró el objetivo propuesto, sino que fortaleció la alianza de Fidel Castro con la URSS, lo que implicó el alineamiento de Cuba con el bloque soviético en el apogeo de la Guerra Fría. La principal consecuencia fue el cambio geopolítico que provocó tener un país comunista a menos de 150 km. del territorio norteamericano. Una circunstancia que desencadenará, poco después, la grave crisis de los misiles entre Estados Unidos y la URSS.
Internamente, la victoria sobre los invasores fortaleció la posición de Fidel Castro y aumentó su prestigio como campeón del antiimperialismo. Del mismo modo, impulsó la profundización de los rasgos socialistas de la Revolución mientras aumentaba la persecución de la oposición por el temor a otra posible acción norteamericana. La consolidación del régimen comunista cubano sirvió también de ejemplo para otras fuerzas revolucionarias latinoamericanas que, a partir de entonces, pudieron contar con un estrecho apoyo político y económico.
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