Durante la Revolución Gloriosa, el pueblo inglés y el Parlamento unieron fuerzas para derrocar al rey Jaime II y establecer una nueva monarquía constitucional que aseguró la supremacía del Parlamento y el Estado de derecho. Esta transformación marcó un cambio significativo en el equilibrio de poder entre el monarca y el Parlamento e impidió el gobierno absoluto del rey.
Así es como la Revolución Gloriosa evitó el absolutismo y preservó el gobierno parlamentario:
1. Derrocado un monarca absolutista: El rey Jaime II fue reemplazado por Guillermo y María, quienes fueron proclamados monarcas conjuntos. Tuvieron que aceptar una serie de condiciones antes de asumir el trono, incluido el respeto al poder y la autoridad del Parlamento. Esta transición impidió la continuación del gobierno absoluto y marcó el fin de las tendencias autocráticas de la dinastía Estuardo.
2. Declaración de Derechos (1689): El Parlamento inglés promulgó la Declaración de Derechos en 1689, garantizando varios derechos y libertades fundamentales. Esbozó límites específicos al poder de la monarquía y definió los derechos del Parlamento y del pueblo. Entre otras disposiciones, la Declaración de Derechos estableció:
- Libertad de expresión en el Parlamento.
- Elecciones parlamentarias frecuentes.
- Aprobación parlamentaria de los impuestos reales y el mantenimiento de un ejército permanente.
- Limitaciones a la capacidad del monarca para suspender o promulgar leyes sin el consentimiento del Parlamento.
3. Supremacía del Parlamento: La Declaración de Derechos afirmó la supremacía del Parlamento sobre la monarquía. Dejó en claro que el monarca gobernaba con el consentimiento del Parlamento, y que el Parlamento tenía la autoridad exclusiva para redactar y modificar leyes. Este principio reforzó el concepto de que el poder de la Corona estaba subordinado a la autoridad del Parlamento.
4. Monarquía Constitucional: La Revolución Gloriosa condujo al establecimiento de una monarquía constitucional en la que los poderes del monarca estaban limitados por disposiciones constitucionales y supervisión parlamentaria. Los nuevos soberanos debían gobernar de acuerdo con la ley del país y acatar las decisiones del Parlamento. Este concepto de monarquía limitada contrastaba marcadamente con el poder absoluto que Jaime II había tratado de afirmar.
5. Gobierno de Gabinete: La Revolución Gloriosa jugó un papel crucial en el desarrollo del moderno sistema británico de gobierno de gabinete. Fortaleció el papel del Parlamento y condujo al surgimiento de partidos políticos que competían por el poder. Esta evolución eventualmente resultó en la formación de un gabinete parlamentario responsable de gobernar la nación en lugar de que el monarca gobernara solo.
6. Consentimiento de los Gobernados: La Revolución Gloriosa enfatizó la importancia del consentimiento de los gobernados. El apoyo del pueblo al nuevo acuerdo constitucional y la voluntad del Parlamento de representar los intereses de la nación fueron vitales para prevenir el absolutismo. La revolución preparó el escenario para futuras reformas democráticas y una mayor participación política en Inglaterra.
En resumen, la Revolución Gloriosa impidió que el absolutismo pusiera fin al gobierno parlamentario al establecer una monarquía constitucional, limitar el poder del monarca, asegurar la supremacía parlamentaria e introducir el concepto del consentimiento de los gobernados. Esta transformación sentó las bases del sistema político democrático moderno en el Reino Unido.