En general, las tropas de ANZAC respetaban a los turcos como oponentes militares. Reconocieron que los turcos estaban bien entrenados y bien equipados y que estaban luchando por su patria. Sin embargo, también veían a los turcos como un enemigo despiadado y criticaban la forma en que los soldados turcos trataban a sus prisioneros.
Las tropas del ANZAC también tenían una visión compleja del pueblo turco en su conjunto. Por un lado, simpatizaban con la difícil situación del pueblo turco, que había vivido bajo el opresivo Imperio Otomano durante siglos. Por otro lado, también eran conscientes de las atrocidades que los turcos habían cometido contra los armenios y otras minorías cristianas.
En general, las tropas del ANZAC tenían una visión compleja y matizada de Turquía. Respetaban a los soldados turcos como oponentes militares, pero también los veían como un enemigo despiadado. También simpatizaban con la difícil situación del pueblo turco, pero eran conscientes de las atrocidades que los turcos habían cometido contra otros grupos.