1. Ideología: El régimen nazi en Alemania se oponía ideológicamente al comunismo, que era la ideología dominante en la Unión Soviética. Hitler y los nazis vieron el comunismo como una amenaza a su propia ideología de superioridad racial y Lebensraum (espacio vital) para el pueblo alemán.
2. Ambiciones geopolíticas: Alemania buscó expandir su territorio y obtener acceso a los recursos naturales, particularmente en las regiones ricas en recursos de Ucrania y el Cáucaso. Los nazis también creían que conquistar la Unión Soviética debilitaría a su principal enemigo, Gran Bretaña, y, en última instancia, conduciría a la victoria en la guerra.
3. Fracaso de la diplomacia: Los intentos diplomáticos entre Alemania y la Unión Soviética habían fracasado en los años previos a la invasión. El Pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 había aliviado temporalmente las tensiones entre los dos países, pero nunca tuvo la intención de ser una alianza duradera.
4. Sorpresa Estratégica: Alemania esperaba lograr una rápida victoria sobre la Unión Soviética aprovechando el elemento sorpresa. Los alemanes creían que los soviéticos no estarían preparados y serían incapaces de montar una defensa eficaz.
5. Errores de cálculo: El alto mando alemán subestimó la fuerza y la resistencia del ejército soviético y sobreestimó sus propias capacidades. También subestimaron el patriotismo y la determinación del pueblo soviético de resistir la invasión.
Es importante señalar que la invasión de la Unión Soviética fue un importante punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial y contribuyó a la eventual derrota de Alemania en la guerra.