"Barón ladrón" es un término utilizado para describir a los industriales y financieros ricos de finales del siglo XIX y principios del XX que eran despiadados y explotadores en sus prácticas comerciales. A menudo utilizaron métodos poco éticos o ilegales para ganar riqueza y poder, incluida la fijación de precios, los monopolios y la colusión con políticos corruptos.
Henry Frick fue un destacado industrial y presidente de Carnegie Steel Company a finales del siglo XIX. Se le asocia comúnmente con el término "barón ladrón" debido a sus políticas laborales agresivas y conflictivas.
Un incidente importante que consolidó la reputación de Frick como barón ladrón fue la huelga de Homestead de 1892. Los trabajadores de la planta de Carnegie Steel en Homestead se declararon en huelga para exigir mejores salarios y condiciones laborales. Frick respondió trayendo agentes armados de Pinkerton para desalojar por la fuerza a los huelguistas y romper el sindicato. La violencia y el derramamiento de sangre resultantes provocaron una indignación generalizada y solidificaron la reputación de Frick como empleador despiadado.
Frick también era conocido por su comportamiento frío y calculador, así como por su intenso impulso por acumular riqueza y poder. Estuvo profundamente involucrado en diversas prácticas comerciales que en ese momento se consideraban inescrupulosas, como la fijación de precios, la manipulación del mercado y tácticas comerciales cuestionables.
Si bien las contribuciones de Henry Frick a la industria del acero y la industrialización estadounidense son significativas, sus métodos despiadados y sus prácticas de explotación le valieron la reputación de un barón ladrón. Su legado sigue siendo un tema de debate:algunos admiran su perspicacia para los negocios mientras que otros critican sus prácticas poco éticas.