El rey Luis XVI fue juzgado porque en enero de 1793 quedó claro que la monarquía francesa no podía coexistir y sobrevivir junto a la Primera República Francesa y fue declarado culpable de conspiración durante su reinado, lo que resultó en su sentencia de muerte en la guillotina por alta traición. 21 de enero de 1793. Su ejecución tres días después, el 23 de enero de 1793, en la Place de la Révolution, antigua Place Louis XV; la actual Plaza de la Concordia en París, lo convirtió en el único rey de Francia ejecutado.