1. Pérdidas Territoriales :Alemania se vio obligada a ceder importantes territorios a las potencias aliadas victoriosas. Alsacia-Lorena fue devuelta a Francia, Eupen-Malmédy a Bélgica, Schleswig del Norte a Dinamarca y Prusia Occidental, Prusia Oriental y Alta Silesia a Polonia. Estas concesiones territoriales provocaron resentimiento entre los alemanes que sentían que su nación había sido desmembrada injustamente.
2. Cláusula de astucia en la guerra :El tratado incluía la infame "cláusula de culpabilidad de guerra", que asignaba la responsabilidad exclusiva de la guerra a Alemania. Esta cláusula fue ampliamente vista como injusta y humillante, ya que trasladaba toda la culpa de la guerra a Alemania, independientemente del papel desempeñado por otras naciones.
3. Reparaciones :Alemania tuvo que pagar enormes reparaciones a las potencias aliadas. La cantidad total se fijó en 132 mil millones de marcos oro (aproximadamente 33 mil millones de dólares). Esta carga pesó mucho sobre la economía alemana y provocó hiperinflación e inestabilidad económica en los años siguientes.
4. Desarme :El ejército alemán estaba severamente restringido según los términos del Tratado de Versalles. El ejército estaba limitado a 100.000 soldados y la marina no podía exceder ciertos límites de tonelaje. La fuerza aérea fue abolida por completo y a Alemania se le prohibió producir material de guerra o participar en ejercicios militares.
5. Pérdida de colonias de ultramar :Alemania perdió todas sus colonias de ultramar como resultado de la guerra. Estos territorios se redistribuyeron entre las potencias aliadas, y Gran Bretaña, Francia y Japón obtuvieron mandatos importantes en África, el Pacífico y Asia.
6. Restricciones económicas :El tratado impuso restricciones a las actividades económicas de Alemania, incluidas cuotas de producción, límites a las exportaciones y restricciones comerciales. Estas medidas obstaculizaron la recuperación económica de Alemania y contribuyeron a la ya difícil situación económica.
El duro trato dado a Alemania en el acuerdo de paz generó un importante resentimiento entre la población alemana. Muchos sintieron que Alemania estaba siendo penalizada y culpada injustamente por la guerra, y vieron el tratado como una "paz dictada" impuesta por los aliados victoriosos. Estos sentimientos de amargura y humillación alimentaron posteriormente movimientos nacionalistas liderados por extremistas como Adolf Hitler y contribuyeron al estallido de la Segunda Guerra Mundial.