2. Disturbios sociales: La guerra también provocó un gran malestar social en Rusia. Mucha gente estaba desilusionada con el gobierno y la aristocracia, a los que consideraban desconectados de las necesidades del pueblo. Este descontento se vio exacerbado por la dura respuesta del gobierno a las protestas y la disidencia, que a menudo desembocaron en violencia y alienaron aún más al pueblo.
3. Revés militar: El ejército ruso sufrió una serie de derrotas humillantes durante la guerra, lo que socavó aún más la credibilidad del gobierno. Estas derrotas llevaron a una pérdida de confianza en la capacidad del gobierno para proteger al país y contribuyeron al creciente sentimiento revolucionario.
4. Influencia de la propaganda bolchevique: Los bolcheviques eran un partido político radical que se oponía al gobierno y abogaba por una revolución. Utilizaron la guerra para difundir su propaganda y reclutar nuevos miembros, y pudieron ganar un número significativo de seguidores entre el pueblo ruso. El mensaje pacifista de los bolcheviques resonó en muchos rusos, que estaban cansados de la lucha y los sacrificios que implicaba.
5. Debilitamiento de la monarquía: La guerra también debilitó la posición de la monarquía. El zar Nicolás II era ampliamente visto como un líder débil e ineficaz, y cada vez era más incapaz de controlar la situación en el país. El mal manejo de la guerra por parte del gobierno y su incapacidad para abordar los problemas que enfrenta el país llevaron a una pérdida de confianza en la monarquía, lo que en última instancia contribuyó a su caída.
En resumen, la Primera Guerra Mundial contribuyó a la revolución rusa al provocar dificultades económicas generalizadas, malestar social, reveses militares y el debilitamiento de la monarquía. Los bolcheviques pudieron aprovechar estas condiciones para difundir su propaganda y reclutar nuevos miembros, y finalmente lograron derrocar al gobierno y establecer un régimen comunista.