1. Impulsividad e Imprudencia: El káiser Guillermo a menudo tomaba decisiones apresuradamente sin considerar adecuadamente sus consecuencias, lo que a menudo conducía a resultados inesperados y crisis diplomáticas.
2. Vanidad y Arrogancia: Tenía una alta opinión de sí mismo y con frecuencia desestimaba los consejos de los demás, lo que exacerbaba los conflictos políticos.
3. Temperamento y explosividad: El káiser Guillermo era propenso a sufrir arrebatos repentinos de ira e impaciencia y luchaba por controlar sus emociones.
4. Ambicioso y expansionista: Tenía grandes ambiciones para Alemania y creía que merecía una presencia más fuerte y un papel central en la política europea.
5. Propenso a adoptar posturas dramáticas: El káiser Guillermo se dedicó a la teatralidad y a gestos de engrandecimiento personal, incluso en interacciones diplomáticas.
6. Interés en Asuntos Militares: Tenía un gran interés en los asuntos militares y se veía a sí mismo como un líder militar hábil, a pesar de su limitada experiencia.
7. Influencia de su abuelo: Idolatraba a su abuelo, Guillermo I, y aspiraba a emular su fuerte estilo de liderazgo.
8. Desprecio de las normas constitucionales: Las frecuentes intervenciones del káiser Guillermo en asuntos políticos provocaron fricciones con los funcionarios del gobierno.
9. Deseo de glorificación personal: Anhelaba reconocimiento y elogios, y buscaba presentarse como un gobernante poderoso y carismático.
10. Falta de visión diplomática y política: Su comportamiento impulsivo y su falta de juicio provocaron varias crisis internacionales a lo largo de su reinado.
En general, los rasgos impulsivos, emocionales y de engrandecimiento personal del káiser Guillermo influyeron en gran medida en su toma de decisiones y contribuyeron a las tensiones tanto nacionales como internacionales durante su gobierno.