Serbia se había independizado del Imperio Otomano en el siglo XIX y había un movimiento creciente entre los serbios para unir a todos los serbios en un solo estado, incluidos los que vivían en Bosnia y Herzegovina, que eran provincias de Austria-Hungría. El asesinato del archiduque Francisco Fernando por un nacionalista serbio fue visto como una amenaza directa al Imperio austrohúngaro, y Austria-Hungría emitió un ultimátum a Serbia que fue intencionalmente diseñado para ser inaceptable. Cuando Serbia no cumplió plenamente con el ultimátum, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, lo que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial.